Publicaciones
A continuación algunos textos que reflejan el resultado de mis investigaciones como maestra del taller de modelado en barro de Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (FAD-UNAM), así como publicaciones acerca de mi obra, textos personales y textos escritos por colegas para presentar mis exposiciones.
Investigaciones Académicas
Figuración Primitiva: Escultura contemporánea en México
-Dr. Pablo Estévez Kubli



Mujeres por la equidad de género
La muestra Mujeres por la equidad de género, en la que veinte mujeres creadoras invitamos a reflexionar sobre las nociones de igualdad social y equidad de género, se estrenó a través de la página oficial de Facebook del Salón de la Plástica Mexicana el 11 de
marzo de 2021.
El agua, elemento indispensable para la vida. Elemento vital en mi producción.
Proyecto de investigación
Introducción
En el transcurso de mi vida el agua ha sido un elemento esencial para mi desarrollo, desde pequeña fue un motor para llenarme de energía, haciendo ejercicio en ella, siendo parte importante de mis juegos sin necesitar de nada ni nadie más para entretenerme por largo tiempo, con tan sólo tener agua al alcance o estar dentro de ella era más que suficiente para echar a andar mi imaginación.
El baño también, desde que recuerdo, ha sido un acto ritual que me ha servido en múltiples ocasiones para aligerarme emocionalmente, limpiándome el alma ante algún acontecimiento o sirviéndome de él para exteriorizar mi júbilo como un acto de festejo y celebración. Los beneficios que encuentro del agua en general se ven multiplicados con el mar; esta gran extensión de líquido me revitaliza absolutamente; contemplarlo, escucharlo, olerlo y sentirlo me llena de alegría, me relaja y me transforma.
El agua me ha acompañado a lo largo de la vida llevándome a reflexionar sobre múltiples temas que han despertado mi creatividad convirtiéndose en un leitmotiv de mi producción plástica y es por ello que me surge el interés de realizar esta investigación: El agua, elemento indispensable para la vida. Elemento vital en mi producción, para la cual haré una relación de la importancia que tiene el agua para el ser humano, algunas representaciones del agua en la obra de artistas plásticos contemporáneos y en mi quehacer artístico a lo largo de mi producción; a la vez de realizar una serie de piezas utilizando dicho tema como pretexto plástico.
Para leer la investigación completa, favor de descargar el siguiente PDF:
Entiendo los sentidos como plataformas de exploración creativa y aunque valoro la importancia de cada uno de ellos, considero que el tacto ha sido imprescindible en mi formación sensible y de forma paralela, la vista. Parece ser que el sentido de la vista es el más apreciado en varias culturas del mundo, sin embargo, Jan Svankmajer al hablar sobre el tacto, dice:
“Ese (el tacto) fue el primerísimo contacto emocional (que tuvimos) con el mundo externo,
antes incluso de que pudiéramos verlo, olerlo, oírlo o gustarlo.” (Palacios, 2014, p.144)
Podemos entender que a diferencia de la vista, el tacto en su recorrido por el objeto, se mueve entre el exterior de lo que toca y el interior de lo que siente, despertando y/o depositándose en la imaginación.
Sentir y mirar son cualidades o acciones que me identifican como persona, me refieren en la práctica creativa y me definen como artista en el quehacer escultórico. Apoyada principalmente en el barro como material de expresión del lenguaje plástico que he elegido, al que conocí y entendí guiada por la intuición, y una vez más, por los sentidos.
El quehacer cumple funciones materiales e inmateriales que otorgan valor a lo que uno es:
entiendo la experiencia y los procesos creativos como valores inmateriales donde, a partir de la reflexión y del hacer se generan elementos significativos que formarán parte del bagaje, y del criterio. Mientras que el valor material está en ocupar el espacio con la obra resultante, ofreciendo la posibilidad de compartir con los demás el imaginario para cumplir con ello uno de los sentidos de la creación.
Siempre me impresionó el hecho de tener en la cabeza una imagen y que, en una especie de acto de magia ésta se fuese materializando. El barro es un extraordinario material que no cesa de expresar, haciendo perceptibles las transformaciones de maleabilidad regidas según su condición de humedad.
Estimo que estas transformaciones han sido comprendidas por el ser humano, a base de observar y de experimentar con la plasticidad; propiedad inherente a la arcilla, lo que ha permitido el aprovechamiento de las capacidades que la dotan sobre estos cambios que puede sufrir la materia infinitas veces, hasta antes de someterla a cierta temperatura, con lo que pierde definitivamente dicha maleabilidad, confiriéndole resistencia y permanencia, al convertirla en cerámica. La plasticidad incita a la búsqueda y exploración permitiendo hacer conexiones creativas.
Pertenezco al barro, a la cerámica, a sus volúmenes y su textura. Al comprender que los cambios en la materia son inevitables, uno se vuelve aliado de sus distintos momentos, desde su suavidad en el amasado, pasando por la construcción donde poco a poco la pérdida de humedad genera en el material una especie de rebeldía, oponiéndose de manera cada vez más drástica a los cambios que quisieran realizarse a la forma de esta pieza en construcción, acentuándose cada vez más según la deshidratación de la materia, suscitando una permanente imposición de voluntades, tanto del creador como del material. Hasta la pieza definitoria que nos devuelve la temperatura, después de hacer su labor alquímica.
Sumergirme dentro del barro concluyendo en la dureza de la cerámica me llevó a una profunda reflexión sobre la naturaleza y sus elementos, la vida actual en las grandes ciudades; el tiempo, la estaticidad y el movimiento intrínsecos en este material, y su proceso. Dejándome claro lo afortunada que soy al poder abstraerme de la prisa, la inmediatez, la contaminación de
nuestros sentidos, el bombardeo de información y el apego que tenemos a la tecnología.
Me siento privilegiada de haber podido adaptarme a ésta y utilizarla, mientras sigo trabajando y disfrutando el contacto físico tan directo con la materia, por medio de mis sentidos, continuando con la labor de oficio, creando piezas únicas, cuando todo es en serie,
reproductible, digital y masivo.
Elena Somonte.
Ciudad de México, 2020-2021
Lápices Cerámicos
1. Introducción
El uso de las arcillas acompaña al ser humano y su evolución desde hace miles de años. La actividad cerámica, su historia y su uso, está situada desde el neolítico, en su fase más sedentaria, cuando se volvieron necesarios los recipientes para almacenar el remanente de las prácticas agricultoras, así como en su necesidad de dar forma y plasmar creencias y actos rituales.
No se sabe a ciencia cierta cómo fue el descubrimiento de la labor cerámica, pero sin duda la curiosidad inherente al ser humano, la capacidad de observación, reflexión y comprensión, estimularon el encuentro con esta indispensable práctica.
En un inicio se presumía sencilla, pero paulatinamente se complejiza, tanto en los procesos de almacenamiento, mantenimiento y construcción de las piezas; como en los acabados, que aunados a la cocción, trajo consigo el nombramiento de un nuevo oficio y de una nueva actividad. Con el paso del tiempo este antiquísimo quehacer, no ha dejado de desarrollarse y de transformarse.
La multiplicidad de elementos, usos, técnicas y decorados que integran la cerámica, es extensa, como también lo son los distintos derivados que emergen de ella. Como por ejemplo: las pastas y mezclas, utilizadas para la construcción cerámica y los diversos componentes que se requieren para conformar las recetas para los acabados que se aplicarán en la superficie cerámica; como lo son los óxidos, los pigmentos, los esmaltes o vidriados, los engobes y demás elementos o instrumentos creados más recientemente, dentro de los que podemos nombrar, están los lápices cerámicos.
El Taller de Escultura en Cerámica de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, tiene como reto detonar el gusto y acentuar la curiosidad en el alumnado, para propiciar el interés por investigar a partir de la experimentación. En los últimos semestres este objetivo ha estado enfocado en que, la investigación en curso, en este caso la de los lápices cerámicos, se pueda desarrollar ahí mismo. La estrategia es que conozcan los usos y características de los materiales refractarios en general, y en específico, con los que cuenta el taller, con el propósito de no generar gastos superfluos. De esta manera se hace una investigación adaptando los materiales que tenemos en existencia; lo que ha suscitado en el estudiantado, tanto el sentido común y la inventiva en el diseño de recetas, como la búsqueda de información sobre el tema, con el fin de poner en marcha sus propuestas, comparándolas con otras metodologías y recetas ya comprobadas, para probarlas y aplicar las más adecuadas sobre sus piezas, plasmando de manera tangible, los resultados de su indagación.
2. Marco Teórico
2.1 Materiales Refractarios
Las arcillas. Dos de las varias propiedades que definen a las distintas arcillas, son la plasticidad (propiedad inherente que define su capacidad de maleabilidad) y la temperatura de cocción. Las distintas arcillas se encuentran categorizadas en dos grupos, (ambos en relación a los grados centígrados en los que la materia prima alcanzará su punto de maduración). Alta temperatura: son aquellas que su punto de madurez y desarrollo del color oscila entre los 1200-1300ºC. En la medida que es más alta la temperatura de cocción el poro se va cerrando, la dureza aumenta y su resistencia también. Baja temperatura: suelen ser ferrujinosas (rojas) o calcáreas (blancas) y su punto de madurez se encuentra entre los 1000º1050ºC. Siempre quedarán porosas, lo que facilita la penetración de líquidos. Es de las técnicas más antiguas.
La temperatura dentro del horno y de la quema se suele medir con conos pirométricos, que son unas pequeñas pirámides de cerámica con indicadores térmicos, creadas para que se fundan y se doblen a determinada temperatura (hay conos para todas las temperaturas). Acomodar varios conos en el interior del horno nos ayuda a conocer las distintas temperaturas existentes dentro del mismo horno, en una misma quema. Los conos pirométricos, son una herramienta muy útil y provechosa para controlar el proceso de cocción de las piezas y de esta manera evitar sobrecocción o infracocción.
Para la creación de los gises cerámicos del taller se utilizaron tres tipos de barros: Zacatecas, Ball clay y KT-Clay.
❍ El barro Zacatecas (también conocido como Arcilla refractaria) es una arcilla mezclada con chamota que tiene una alta resistencia al choque térmico, lo que significa que puede soportar temperaturas extremadamente altas sin descomponerse, y por lo mismo entra en la categoría de arcillas de alta temperatura mencionada anteriormente. Se les llama materiales refractarios a los creados con este barro y son de vital importancia en la construcción escultórica y en muchos procesos industriales también. En el taller de Escultura en Cerámica de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, se mezcla con barro Oaxaca o con KT Clay para obtener una mezcla idónea.
❍ Ball clay o arcilla de bola (su nombre en español), es un tipo de arcilla de grano muy fino, de baja temperatura y con un alto grado de plasticidad. Geológicamente tiene origen en los depósitos de caolinita y por lo mismo tiene grandes proporciones de minerales en su composición, como por ejemplo cuarzo. Su color en crudo es pardo oscuro, pero una vez cocido es blanco. En el proceso de secado, el porcentaje de contracción6 es alto.
❍ KT-Clay es una arcilla que al igual que el Ball clay, su color es gris en crudo, pero cuando es expuesta al calor del horno da como resultado un color blanco. Las similitudes que componen al KT Clay, son muy parecidas a las que componen a la arcilla de bola. La diferencia que divide una de otra, es que la fabricación de KT Clay es industrial y el ball clay tiene un origen natural. KT Clay se divide en pasta de baja y de alta temperatura, la que se utiliza en el Taller de Escultura en Cerámica es la de baja temperatura. Al igual que la arcilla de bola, la KT Clay es muy plástica.
2.2 Lápices Cerámicos
También conocidos como tizas, gises o crayones, son producto de una mezcla de materiales refractarios pigmentados, que permiten el desarrollo del dibujo como técnica pictórica o gráfica, aplicada a la superficie cerámica; siendo este material, una herramienta utilizada para el decorado y/o acabado final de la obra.
El principio más básico para la creación del lápiz es la mezcla de la arcilla con un material colorante. La cantidad de materia colorante determina la intensidad del color en el gis y en el resultado.
Su uso, textura y aplicación es vasta y variada. El trazo puede ser tan duro y definido como el de un lápiz de madera, tan suave y poco cubriente como el de un pastel de gis o que diluido con un poco de agua, genere un acabado parecido al de la acuarela. En cuanto a los trazos, estos pueden ser suaves y uniformes con resultados brillantes e intensos, como también pueden ser sólidos y potentes si se humedece con agua la punta del lápiz.
Los lápices generalmente se aplican sobre piezas ya bizcochadas, que son aquellas sometidas a una primera cocción, la cual transforma la arcilla cruda en arcilla cocida. A la pieza que sale del horno después de este proceso inicial de cocción se le denomina “bizcocho” (palabra procedente del francés: biscuit). Esta primera interacción de la pieza con el fuego, la vuelve más dura, resistente y sobre todo, adecuada para recibir el vidriado o esmalte . La temperatura que corresponde al bizcocho, oscila entre los 800°C y los 1000°C.
Los lápices cerámicos y su coloración puede ser extensa, pues la variedad de pigmentos, óxidos y tonalidades es vasta. En el Taller de Escultura Cerámica de la FAD-UNAM se optó por utilizar en los gises pigmento azul cobalto y óxido de hierro negro. La diferencia que separa a los pigmentos de los óxidos, es que los pigmentos se conforman por la mezcla calcinada de óxidos colorantes (cobre, hierro, cromo, etc.), con componentes que actúan como modificadores y estabilizadores del color y también se suelen mezclar con óxidos fundentes como bórax y ácido bórico. Los pigmentos utilizados en cerámica se preparan industrialmente a partir de fórmulas exactas y de manera minuciosa. A diferencia de los pigmentos, los óxidos se encuentran y se utilizan de manera pura, como elementos de la tabla periódica y sin ser mezclados con otras sustancias que modifiquen sus propiedades.
3. Investigación
3.1 Objetivos
El propósito de esta investigación sobre lápices cerámicos, ha sido el de fomentar en el estudiantado, la indagación en la búsqueda de recursos que enriquezcan tanto su conocimiento, desarrollo y formación, así como su obra plástica, generando instrumentos para poder intervenir el acabado de la superficie de sus ejercicios y de los proyectos escultóricos, además de buscar generar un espacio de carácter autosuficiente en el que los materiales se produzcan en y para el taller.
Objetivos Específicos
-
Hacer herramientas de autoconsumo para el taller de Cerámica de la FAD, UNAM.
-
Probar los distintos materiales con los que cuenta el taller, a diversas temperaturas, para ampliar los resultados.
-
Experimentar con diferentes cantidades de pigmentos y óxidos las posibilidades de coloración de los lápices cerámicos.
3.2 Procedimiento
En la elaboración de los lápices cerámicos se utilizaron tres tipos de arcillas distintas: Ball clay, Zacatecas y KT clay, a las que se les integró dos tipos de colorantes diferentes: óxido de hierro negro y pigmento azul cobalto. Estas dos variantes, fueron sometidas a tres temperaturas de cocción: 750°C, 600°C y 500°C, para así poder tener un abanico de resultados más amplio, a la vez de específico.
La investigación de lápices cerámicos y su puesta en práctica tomó como punto de partida la siguiente fórmula: 100% Arcilla + 10% pigmento/óxido.
El procedimiento práctico para la obtención de los gises cerámicos se realiza de la siguiente manera:
❏ Una vez elegida la fórmula se pesan y/o miden las cantidades según ésta.
❏ En un mortero se mezclan los materiales en polvo hasta obtener un color uniforme (de no ser así, se deberá pasar la mezcla por un tamiz).
❏ Los componentes líquidos son agregados a los materiales secos paulatinamente, hasta la obtención de una masa suave, sin grumos y sin que se adhiera a las paredes del tazón.
❏ Se toma una porción de la pasta (dependiendo del tamaño y grosor deseado) y se comprime con movimientos giratorios entre ambas manos para crear un pequeño rollo.
❏ Una vez obtenida la forma deseada del lápiz se debe dejar secar durante 48 horas en un lugar limpio, protegido del sol y del viento.
❏ Por último, los lápices se someten a la cocción en el horno eléctrico de pruebas con el que cuenta el taller.
❏ La temperatura fue modificándose para ir obteniendo más respuestas.
❏ Los lápices, una vez sacados del horno, se aplicaron en la superficie de las placas cerámicas.
❏ Se realizaron tres variaciones en la composición de las tablillas o placas:
1.-Arcilla de Zacatecas con pasta KT Clay, 2.-Arcilla de Zacatecas con barro de Oaxaca, 3.-Únicamente de barro de Oaxaca. Todas las tablillas fueron cocidas a una temperatura de 1050°C.
❏ Después de aplicar los trazos sobre las placas con los lápices, se procede a cubrirlos con un vidriado transparente, cargando el pincel con el esmalte y dejándolo gotear sobre la placa.
Después del seguimiento y del proceso mencionado anteriormente, se da paso a la siguiente observación: los lápices fueron aplicados sobre las placas cerámicas, experimentando con diversos procedimientos, como: remojar la punta del lápiz con agua, para examinar el cambio que pudiera sufrir el trazo, comparándolo con los trazos en seco, el residuo de polvo que el lápiz iba dejando, también se utilizó. Todo con el propósito de obtener la mayor cantidad de resultados posibles estudiando cada variante y poder así, tras la observación detenida, entender y constatar, si las variaciones en las aplicaciones y en los materiales utilizados hacía alguna diferencia.
El siguiente paso, fue la comparación de las cantidades de material y temperaturas de cocción que desfilan en la receta inicial, con las cantidades y temperaturas de otras tres recetas encontradas, también con el propósito de crear lápices cerámicos. Las recetas fueron obtenidas a través de distintas fuentes y medios.
RECETA NÚMERO 1
Materiales: 20% - 30% arcilla de cocción blanca (para evitar interferencias de color), pigmento colorante 20%. Se someten a una precocción de 500°C.
RECETA NÚMERO 2
Materiales: Ball Clay 23%, Caolin EPK8 22%, Albita9 28%, Cuarzo 19%, Bentonita10 8%. Óxido/colorante 10% - 40% (dependiendo de la intensidad deseada), CMC11 por cada 100 gr de preparado, Silicato de sodio por cada 100 gr de preparado.
RECETA NÚMERO 3
Materiales: Ball clay 50%, Frita Ferro 3110 25%, Sílice12 malla 200 25%, Bentonita 3%, Silicato soluble de sodio 1%, Pigmento 8% - 20% (dependiendo del tono deseado), CMC (lo necesario para formar una masa).
3.3 Resultados
TABLA DE RESULTADOS 1: Lápices con pigmento azul cobalto
TABLA DE RESULTADOS 2: Lápices con óxido de hierro negro.
4. Observaciones y conclusiones
㇆ La fórmula con la cual la investigación partió: 100% Arcilla + 10% pigmento/óxido, resultó ser idónea para la elaboración de los gises en el Taller.
㇆ Se tiene la idea de aumentar el porcentaje tanto del pigmento como del óxido, a un 20%, con la hipótesis de que así se podrá obtener como resultado un color más intenso.
㇆ Los colores resaltan más en las superficies claras, debido al contraste.
㇆ Los lápices cocidos y crudos se pueden aplicar perfectamente en las tres mezclas de las placas cocidas.
㇆ La temperatura de cocción es un factor determinante para la textura y el acabado final que se obtenga de los lápices, ya que los resultados están sujetos a los grados de cocción a los que fueron sometidos.
㇆ A mayor temperatura de cocción, los lápices presentarán una consistencia más sólida y firme, tanto así que si la temperatura de los lápices preparados con estas fórmulas pasa los 900°C, se podrá transformar de un material para uso en la decoración, en un instrumento o herramienta punzo cortante, debido a la dureza y resistencia que le fue conferida.
㇆ El trazo del lápiz a alta temperatura se torna más fino que el de los quemados a temperaturas más bajas.
㇆ Si el lápiz está crudo y se remoja la punta de la tiza en agua, para su aplicación, el trazo es más grueso.
㇆ Se recomienda siempre agregar una ligera capa de esmalte después del decorado con los lápices en la pieza, porque de no ser así, su permanencia sobre la misma, es limitada. Se pierde al no tener una buena adherencia sobre el cuerpo cerámico.
㇆ El esmalte deberá ser aplicado con alguna herramienta o instrumento que no arrastre el material, como por ejemplo un aspersor. La técnica de goteo con esmalte no es conveniente, pues arrastra o desliza la decoración del gis.
㇆ La tabla de los datos obtenidos tras la práctica de esta investigación, nos demuestra que los lápices realizados con arcilla Ball Clay y las de KT Clay, arrojan resultados idénticos. Esto se debe a las grandes similitudes entre las dos arcillas.
㇆ Saber ésto de manera certera, nos es de gran ayuda, ya que a lo largo de la experiencia vivida en el taller, la escasez de alguno de estos dos materiales, es recurrente, lo que nos demuestra que efectivamente la pasta Ball Clay puede ser reemplazada por la KT Clay y viceversa, con la tranquilidad de que ello no alterará ni repercutirá en los resultados.
㇆ Se encontró una correspondencia de degradación tonal de acuerdo con las temperaturas en que se cocieron.
㇆ El poder pigmentante de los gises es recomendable si lo que se busca son tonos apastelados.
NOTA - Esta investigación sigue siendo elaborada. La cuestión práctica que la conforma está en pausa debido a la crisis sanitaria COVID-19 que nos ha obligado a permanecer confinados, impidiéndonos asistir al taller de manera presencial. En cuanto podamos ésta seguirá ampliándose. No así la investigación teórica, la cual se ha continuado construyendo y en la que se seguirá indagando para enriquecer el marco teórico.
5. Referencias
LIBROS:
➢ Bloomfield, L. (2015). Guía de esmaltes cerámicos. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.
➢ Cooper, E. (1999). Historia de la cerámica. Barcelona: Ediciones CEAC.
➢ Fernández Chiti, J. (1994). El libro del ceramista. Curso Práctico de Cerámica T. I. Buenos Aires: Ediciones Condorhuasi.
➢ Gregory, I. (1997). Construcción de Hornos. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.
➢ Harvey, D. (1987). Cerámica creativa. Barcelona: Ediciones CEAC.
➢ Kassner, L. Et al. (2003). Tiempo, piedra y barro. México: UNAM.
➢ Martínez, M. (1993). Singing earth. México: Fondo Editorial de la Plástica Mexicana.
➢ Matía, P; Blanch, E; Arriba, P. (2009). Procedimientos y materiales en la obra escultórica. Madrid: Ediciones Akal.
➢ Midgley, B. (coord). (1982). Escultura, modelado y cerámica. Técnicas y materiales. Madrid: Tursen Hermann Blume Ediciones.
➢ Nelson, G. (1966). Ceramics: a potter's handbook. New York: Holt, Rinehart and Winston Inc.
➢ Olsen, F. (1983). The Kiln Book. Pennsylvania: Chilton Book Company.
➢ Rhodes, D. (1981). Hornos para Ceramistas. Barcelona: Ediciones CEAC.
➢ Ros i Frigola, M D. (2017). Cerámica artística. Las técnicas para trabajar la cerámica con oficio y arte. España: Parramon.
➢ Ruprecht, H. (1985). Cerámica Imaginativa. España: Ediciones CEAC.
➢ Tourtillott, S. (2009). Library of Congress Cataloging in Publication Data. 500 ceramic sculptures: contemporary practice. Nueva York: Lark Books.
➢ Somonte, E. (2018). Tierra en movimiento, alternativas plásticas y visuales en barro. Ciudad de México: Universidad Autónoma de México.
➢ Westheim, P. (1980). Escultura y cerámica del México antiguo. México: Ediciones Era.
PÁGINAS DE INTERNET:
➢ Acqua Terra Cerámicas. (2015). Cerámica, su historia. Acqua Terra Cerámicas.
[Fecha de consulta: Diciembre, 2020]. Disponible en:
http://www.acquaterra.es/index.php/historia-de-la-ceramica/
➢ Alberro, D. D. Los pigmentos Cerámicos II. Composición de pigmentos cerámicos.
[Fecha de consulta: enero, 2020]. Disponible en:
https://sites.google.com/site/lospigmentosceramicosii/
➢ Galán, E., y Aparicio, P. Materias Primas para la Industria Cerámica. Materias Primas
para la Industria Cerámica. [Fecha de consulta: Diciembre, 2020]. Disponible en:
http://www.ehu.eus/sem/seminario_pdf/SEMINARIO_SEM_2_031.pdf


Memoria táctil
Texto para el catálogo y la exposición Memoria Táctil
Las caricias de Elena
Texto para el catálogo y la exposición Memoria Táctil
Parto en la escritura de este texto con una certeza; el cuerpo tiene memoria. El neurocientífico italiano Giuseppe Riva lo dice mucho mejor que yo: “La memoria corporal resume las actividades posibles a ejecutar en situaciones concretas y si bien, puede ser modificada por la experiencia sensorial, es principalmente innata”.
Esto quiere decir que nacemos con la habilidad de reconocer en la caricia, el abrazo, el beso, al otro, y recordar sin demasiado esfuerzo cómo esas sensaciones se han quedado en lo más profundo de nuestra memoria, de manera gratificante y espectacular, en muchas ocasiones para siempre.
Así pues, la “memoria táctil” a la que apela Elena Somonte en su maravillosa exposición, juega con las caricias que ha dado y también con las que dará en el futuro a partir del modelaje en barro y otros elementos que se transforman y adquieren presencia y sentido a través de sus manos.
Somos lo que leemos, lo que comemos, la música que oímos, pero también los besos que damos y los abrazos que recibimos haciéndonos, en la medida de lo posible, más humanos.
Esa es la apuesta de Elena, recordar con el cuerpo. Perpetuar con su trabajo el gozo y la calidez de esos instantes que nos determinan y que de alguna u otra manera nos congracian con un mundo que a veces es hostil y gris, pero que tiene este tipo de balsas necesarias para subirnos en ellas en el momento del naufragio.
Nos conocemos desde adolescentes. Su inmensa sensibilidad ha ido perfeccionándose con el paso del tiempo y ofreciéndola generosamente a través de su obra, que crea con enorme pasión y una voluntad de hierro, para sorprendernos, para hacernos ver que en lo cotidiano que sale de sus manos, se encuentra lo extraordinario.
Me declaro un enorme admirador de su trabajo pero, sobre todo, un enorme admirador de su persona, de su permanente sonrisa y sus ganas de convertir el asombro en piezas vivas y moldeables que tanto tienen que ver con nuestros mejores sueños.
No hay dicotomía entre la autora y su obra, son tan sólo un reflejo de las pasiones que la mueven y la impulsan hacia adelante.
Esa memoria táctil que está presente siempre y que reconoce la piel del otro, los labios del otro, las sensaciones que están en lo más profundo de nuestra cabeza y que afloran, estallan, reverberan, iluminando al mundo.
Celebro esta “Memoria táctil”, pero sobre todo celebro la vida de Elena Somonte, una maestra que nos sigue enseñando cosas, de manera desprendida, espléndida y siempre inteligente, una caricia dada con todas las de la ley, conscientemente.
Por favor, disfruten a la artista y su obra, tanto como lo hago yo. Les juro que no se van a arrepentir.
Benito Taibo
Ciudad de México, noviembre 2021
Huellas cómplices: Elena Somonte y el barro
Texto para el catálogo y la exposición Memoria Táctil
Estimular el tacto palpando arcilla podría ser de las primeras sensaciones que tenemos con la naturaleza. El olor, la textura, la
materia en sí provoca emociones primigenias, desencadenando acercamientos táctiles desde los cuales se despiertan agitaciones por
tener esa composición agradable entre manos. Este hecho, confirma que tocando, el cuerpo se comunica de otra manera con el mundo, generamos así, una conexión especial, sin intermediarios.
En ese ser y estar, aparecen comportamientos extracorpóreos, estableciendo enlaces sensitivos, los cuales nos hablan de aquellos
recuerdos acumulados. La exterioridad del tacto hace que todo nuestro cuerpo sea receptivo, sugiriendo ser nuestra raíz, que cual ventosa se adhiere a los objetos en busca de sus características para registrarlos en la gran base de datos que alimenta nuestras memorias.
No sabemos exactamente qué activa la ciencia del recuerdo, ignoramos el método o los parámetros que mantienen más presentes
unos hechos de otros. Sin embargo, a pesar del evidente desconocimiento, podemos relacionar su presencia gracias a los
sentidos, afirmamos su existencia porque los vivimos, sabemos que tenemos recuerdos sencillamente porque los tenemos. Y es que, sin poder explicar del todo su procedencia surgen cuestiones sobre estos que resultan fascinantes, como por ejemplo: ¿Qué ejercicios los pueden estimular?, ¿podemos compartirlos? o si es posible preservarlos.
¿los recuerdos se pueden tocar?
Resulta fascinante que una disciplina artística permita abrir la oportunidad de reflexionar en esa posibilidad, en ese intercambio casi
onírico por poder materializar las reminiscencias. Así, Elena Somonte modela un puente hecho de arcilla entre el mundo real y la añoranza emotiva. A lo largo de su trayectoria ha elaborado micro universos teniendo al barro como aliado, deja huellas cómplices que mantienen vínculo entre lo que ella propone recordar y lo que a su vez el espectador mira para despertar en él evocaciones sensibles, estableciendo un diálogo secreto, amoroso y confidente.
El hacer cerámico de Elena mantiene un delicado equilibrio entre el manejo de la técnica y ese cautivador guiño lúdico tan característico de su obra. En cada una de sus piezas hallamos gestos cotidianos, manos que tienen el puño cerrado sujetando un ramo de memorias otoñales simbolizadas en alcachofas, animales que comparten protagonismo y fantasías con sus personajes o mujeres soñadoras con ojos cerrados pero el alma abierta. Todo ello desde un material tan agradecido como
lo es el barro, que en sus múltiples usos ella le atribuye el poder de la remembranza.
Dicho de otro modo, Elena Somonte estimula a través de sus piezas, niveles profundos de nuestra psique, donde añorar se hace inevitable y agradable. Construye situaciones excepcionales que abren paso a lo inesperado, permitiendo que la memoria aparezca para hacerte sonreír, llorar, suspirar o pausar el mundo dos segundos.
Yendo más allá del cometido útil de la cerámica El barro representa cambio, proceso, tacto, tierra, memoria... Al leer fuera de los contornos que tratan obviedades, aceptamos la provocación por explorar enlaces afectivos, singulares o poéticos. Esas particularidades reposadas se han vuelto casi una necesidad en los tiempos actuales, pues enfatizar la serenidad es un acto casi de resistencia.
Si algo podemos reconocer como aprendizaje dentro de la dureza vivida durante el pico más elevado en la crisis sanitaria mundial, sería la urgencia por regresar a las acciones sencillas y pausadas. Nos recomendaban cultivar el sosiego promoviendo la meditación o la observación activa, e inevitablemente los recuerdos aparecían durante los repetidos intentos por poner la mente en paz. Entonces, ¡qué mejor que el del tacto para reconectar con un camino que actualmente no tiene certeza! Reencontrarse con la evocación sensible puede ser un suceso primordial, del cual partir para reconocernos en medio de la penumbra, siendo este un uso actual de la memoria.
A la pregunta antes hecha sobre si ¿los recuerdos se pueden tocar?
No daremos respuesta definitiva, pero sí podemos decir que es posible incitarlos acudiendo a aquello que Elena Somonte llama: Memoria táctil, una invitación a comunicarnos emotivamente con esos hechos guardados con nostalgia y cariño. Tenemos el material trasmisible prefecto, pues el barro con toda su aparentemente sencillez e inocuidad encierra características que lo han mantenido como un elemento inherente a nuestras vidas.
Mónica Galván
Ciudad de México, noviembre 2021
Esta muestra está conformada por piezas que ponderan el sentido del tacto.
Los últimos ya largos tiempos que han trastocado a la humanidad entera, además de los personales, me han dejado escenas y formas que se remiten a transmitir y a desear la cercanía física. Acciones que se realizan con la piel en toda su extensión, con las manos y con todo el cuerpo.
En estas épocas donde todo es digital, donde la tecnología juega un papel protagónico para aproximarnos de modo inmediato, pero de manera virtual, me es definitiva la búsqueda del hacer, del trabajo de oficio, del reencuentro de mis manos con el barro, de usarlas y sentirlas no sólo al lavármelas, o al curármelas por tanto ungirles sustancias, sino para crear, tocar y sentir con ellas. Este periodo me ha servido para observarlas y para retratarlas a través suyo.
Hago manos porque soy ellas y con ellas soy. Mis manos se representan; las hago a sí mismas haciendo, expresándose, deseando o agarrando. Me sirvo de ellas para poder explorarlas. Las transito en un viaje donde una recorre con detenimiento la otra, para reconocerse descubriendo su propia geografía y lograr representarse.
La urgencia del encierro y la solicitud a distanciarme de les demás y quedarme quieta, me han movido hasta voltearme de cabeza resguardándome en mi interior, dándome la oportunidad de observarme. Abrazo las emociones que habitan mi piel y que están en forma permanente al acecho, para brotar en cualquier momento. Mientras creé, ericé mis sentidos y a todos ellos les he confeccionado formas táctiles de recuerdos y de ganas tangibles que con gusto les comparto.
Elena Somonte
Ciudad de México 2021